Editado por Librería Argentina (ELA) el libro se presenta esta tarde en el teatro Réplika, donde el director polaco Jaroslaw Bielski dirigirá una ‘escenificación nudista dramatizada’ en tres actos: el cuerpo inconsciente, la asunción de la vergüenza y la toma de conciencia corporal.
Porque si la civilización es la historia del vestirse y desnudarse, dice López Anadón, ‘seguir esas formas de tape y destape permite hallar respuestas a problemas sociológicos, religiosos y morales’.
Abogado, diplomado en Humanidades contemporáneas, mediador familiar, articulista en diferentes medios de comunicación, vegetariano, nudista, astrólogo y autor de una biografía del filósofo Krisnamurti, el autor, de 54 años, plantea que el desnudo siempre implicó un sentido moral y la ética de cada cultura.
Es ‘un tipo de inconformismo reivindicativo de la realidad, contra los actos compulsivos y alienantes que la ocultan, haciendo infelices a las personas’, describió el fenómeno en declaraciones a Efe.
La obra responde a su deseo de analizar ‘de dónde viene esa dictadura que impide a la gente conocerse a sí misma, aceptar su realidad corporal’, dijo, y se preguntó ‘por qué apenas se indaga en el sentimiento del pudor impreso en la raíz de nuestra conciencia’.
La filosofía oriental le ha interesado porque, ‘al revés que la occidental, salvo el posmodernismo, no sufre la dicotomía entre razón y sentimiento’, aclara volviendo a los antiguos griegos, que también intentaban conjugar ambos aspectos.
Pero si López Anadón propone ‘dar libertad al cuerpo para lograr una sociedad más equilibrada y sana’, tampoco basta, dice, ‘un cuerpo desnudo’, sino ‘un cuerpo liberado para expresar sus sentimientos y querencias: redimido de la ropa, libre de vestirse o desnudarse’.
Las creencias antiguas sobre el sexo y la mujer en la Antigüedad le sirven para hacer comprender ‘hasta qué punto nuestra civilización judeocristiana y hoy capitalista ha enmarañado nuestra relación con el sexo y entre los sexos’, explica.
El libro incluye una lista de 654 playas españolas, lugares nudistas, datos y direcciones de internet, además de fotografías -como una de 1933 con naturistas libertarios en la cárcel Modelo de Barcelona-, y sabrosas reseñas judiciales de España, anteriores a la democracia, y de Estados Unidos.
En un lenguaje ya inconcebible, una de ellas habla de la homosexualidad masculina como ‘aberración viciosa’ de nacimiento, ‘digna de castigo’, o describe al homosexual como ‘un degenerado perverso que suele tener un apetito sexual desmesurado’.
‘Proclive al refinamiento, a la relación multilateral, a la promiscuidad y al montaje de escenas de carácter orgiástico’, añade la sentencia, y López Anadón apuntala: ‘Ojo a esos chicos, ¡cuidado con lo bien que lo pasan!’.