El juzgado de instrucción número 2 de Barcelona ha considerado que los hechos denunciados por Jacint Ribas y Just Roca, miembros de la Asociación para la Defensa del Derecho al Nudismo (ADDAN), pueden ser constitutivos de una falta de coacciones, por lo que ya ha fijado la fecha del juicio, que se celebrará el próximo 30 de enero, según publica hoy el diario El Punt.
En el caso de los policías locales de Sant Pol de Mar (Barcelona), el juzgado número 6 de Arenys de Mar (Barcelona) ha incoado unas diligencias previas por un presunto delito de coacciones e iniciará en febrero la ronda de declaraciones de los agentes como imputados, según ha señalado a Efe el abogado de los denunciantes, Benet Salellas.
El primero de estos incidentes se produjo en julio de 2005 en Barcelona cuando Jacint Ribas, presidente de ADDAN, circulaba en bicicleta desnudo por las inmediaciones de la zona portuaria de Palau de Mar. Al ver esta inusual estampa, un mosso d’esquadra que estaba atendiendo a una persona tendida en la acera se acercó a Ribas y le exigió que se pusiera de inmediato unos pantalones, un bañador o, como mínimo, unos calzoncillos, si no quería que le detuviera.
Pese a que Ribas intentó explicar al agente que ir desnudo no está prohibido y que no es constitutivo de ningún delito que pudiera justificar su detención, el mosso conminó al nudista a taparse los genitales para evitar problemas. Con desazón, el ciclista se puso una pieza de ropa que llevaba en la mochila y se retiró del lugar. Lo más curioso, si cabe, de esta peculiar historia, es que la mala experiencia vivida por Ribas en la capital catalana se repitió al día siguiente, esta vez en la playa de Les Canyes de Sant Pol de Mar, mientras el presidente de ADDAN charlaba con su amigo Just Roca en la zona de duchas.
«Estábamos a punto de ducharnos cuando dos policías municipales se nos acercaron y nos dijeron que no podíamos estar así, que o nos vestíamos o nos detenían por exhibicionismo», ha relatado a Efe Just Roca.
Los dos hombres cedieron a las exigencias de los agentes, pero decidieron denunciar en el juzgado este incidente y el anterior vivido por Ribas por un presunto delito de coacciones.
El abogado Benet Salellas ha explicado a Efe que el marco legal actual ampara a las personas que deciden circular desnudas por la calle, por lo que impedirlo implica incurrir en una falta de coacciones, ya que «se está obligando a una persona a hacer una cosa que no quiere o impidiendo a alguien hacer algo que no está prohibido».
Para Salellas, el caso de Sant Pol de Mar es aún más grave que el de Barcelona, dado que los agentes amenazaron con detener a unas personas que iban desnudas en una playa «donde siempre se ha practicado nudismo».