Los campesinos acusan directamente al actual senador Dante Delgado, quien fuera gobernador de Veracruz (1988-1992), de haber despojado injustificadamente de 2.000 hectáreas de terreno a catorce pueblos y de haber encarcelado a 350 campesinos en 1992.
El grupo adoptó el nombre de una marcha que hubo en 1970 en la cual participaron 400 pueblos de México, dijo hoy a Efe Judith Romero, parte de la consejo del movimiento.
En este año, «Los 400 pueblos» lleva desde el pasado 11 de abril concentrado en el monumento a Cuauhtémoc, en el Paseo de la Reforma de la capital mexicana, protestando sin ropa y de forma pacífica contra Delgado.
El 11 de diciembre de 2006 el Senado recibió una denuncia de los campesinos en contra de Delgado. Estos no piensan dejar su original forma de protesta hasta que tener una respuesta.
Los más de 600 campesinos, mujeres y hombres, adultos y jóvenes, se desnudan diariamente tres veces al día.
«Sólo somos campesinos, no tenemos otras armas y lo único que tenemos es nuestro cuerpo para llamar la atención», explicó Nereo Cruz, otro miembro del consejo.
Las mujeres y hombres protestan desnudos por separado, por pudor, y además los varones llevan puesto un «taparrabos» con la foto del senador Delgado.
Lo usan de taparrabos y no «tapanalgas» porque Delgado es un «lamehuevos» y «es donde le corresponde estar», dijo en broma Judith.
Agregó que los varones llevan el taparrabos para que sea menos agresivo verlos desnudos. En cambio ellas sí quitan toda la ropa porque consideran que «es una ofensa del gobierno» que permita que las mujeres tengan que desnudarse.
«Los 400 pueblos» llevan desnudándose en la capital desde 2002, aunque para entonces ya llevaban diez años de protestas más tradicionales.
Inicialmente se manifestaban vestidos e hicieron una huelga de hambre frente al Senado, pero los legisladores se fueron de vacaciones sin darles una respuesta.
«En la desesperación de ver que el gobierno estaba muy cerrado, algunos compañeros decidieron desnudarse», recordó Judith.
Al principio los capitalinos los recibieron «con rechazo» porque la cultura mexicana dice que las mujeres no deben desnudarse en público o delante de otras personas «porque se ve mal», explicó.
«Nosotros por la necesidad que tenemos de hacerlo hemos ido haciendo conciencia y hoy resistimos con el apoyo de la ciudadanía», aseguró la líder campesina.
Sin embargo, no todos los mexicanos parecen apoyarles.
La empleada de una gasolinera cercana a la protesta opinó que esto es una cuestión política y consideró los desnudos «muy molestos».
«No le veo el chiste de desnudarse, de perder la dignidad, creo que hay otras maneras de expresarse», aseguró la empleada.
Josué, otro transeúnte, aseguró que sus niños «no tienen por qué ver gente desnuda por la calle», y lo consideró una falta de respeto.
Pero, Judith lo tiene claro: «Seguimos luchando porque es lo único que no perdemos, la esperanza y la dignidad; Por dignidad estoy aquí, dando la cara, no como Dante Delgado».