«Hay playas y quintas para practicar el nudismo, pero falta la actividad cultural. Elegimos acercarnos al teatro, que es adecuado para esta propuesta. El nudista se supone que está más cómodo desnudo que vestido, y eso se llevará a la sala, simplemente», dice José a BBC Mundo, responsable de la idea junto con su socio, Guille.
Para la primera sesión teatral nudista, se eligió un clásico de la dramaturgia española: «La Casa de Bernarda Alba», de Federico García Lorca. Y no por casualidad: esta obra -que está en cartel para funciones «vestidas» desde hace dos años- incluye 7 desnudos masculinos y uno femenino.
Privacidad garantizada
La puesta -al estilo del film «La Tempestad», versión libre del clásico de Shakespeare del director Peter Greenaway- se vale de los cuerpos sin ropas para expresar los sentimientos de los personajes en escena y reforzar, así, el dramatismo de la pieza.
Con el fin de cuidar la experiencia de los espectadores, la privacidad está garantizada.
El acceso al teatro se hará por una puerta secundaria, no se admitirán curiosos, voyeurs ni periodistas, y sólo podrán participar quienes estén dispuestos a sacarse hasta la última prenda antes de que comience la función.
Eso sí, habrá vestuarios, guardarropas y calefacción en la sala, aseguran los organizadores.
Doble vida
Los dos responsables de esta movida teatral se reservan sus apellidos. Son sólo «Guille» y «José» para el circuito nudista, y prefieren preservar su identidad para cuidar sus actividades de día, relacionadas con la medicina. Juntos, formaron la productora Studiodos, para promover la cultura del desnudo.
Comenzaron con un bar en el centro de Buenos Aires, donde público y camareros se paseaban sin ropa, que -según afirman- fue el primero en su género en América Latina. El local cerró el año pasado, y ellos ahora se dedican a organizar fiestas nudistas cada quince días, aunque es la primera vez que llegan con la propuesta a una sala teatral.
La empresa es responsable, además, de la producción de un programa en la radio Argentina Gay, que lleva cuatro años en el aire, y se propone lanzar una «emisora nudista con imágenes» por internet en junio.
Sin embargo, Guille y José aseguran que no quieren crear una asociación ni convertirse en abanderados del nudismo porteño.
«Aquí la movida nudista es cada vez más grande, pero muchos de los emprendimientos no tienen la popularidad que necesitan para subsistir. Por eso creemos que tener una radio propia va a ayudar a promover eventos, todas las manifestaciones culturales que tenga que ver con la exposición del cuerpo… aunque no quiere decir que a todas el público tenga que asistir desnudo», aclara el promotor a BBC Mundo.
Entradas agotadas
Para la función sin ropas, los organizadores tienen asistencia garantizada.
Con la amplia difusión de la novedad en la prensa local, y con una capacidad de sala de 120 butacas, la respuesta de los porteños en busca de una «aventura teatral» no se hizo esperar, y los responsables ya están cerca de colgar el cartel de «Localidades agotadas».
Para adquirir el boleto, había que realizar una reserva previa por correo electrónico y esperar la confirmación de los organizadores.
Pero la experiencia teatral-nudista no concluirá con el grito de «¡Silencio… Silencio!» en la voz de Bernarda, en el último acto que el poeta Lorca supo escribir. Continuará, más bien, en los salones del teatro, donde los organizadores invitarán a un brindis para que los asistentes se conozcan y puedan interactuar también con los protagonistas de la obra.
«No siempre ocurre que uno va a un teatro con gente que comparte tus ideas. Al estar desnudos, uno sabe que todos son parte de este estilo de vida. Es una reunión social con el pretexto de una obra de teatro», señala José.
Después, sólo después, todos volverán a ponerse sus ropas, para salir a las calles porteñas de gente vestida para un viernes por la noche.