Es curioso, podés desnudarte, pero no podés llevar una botella de vidrio.
En todo caso Haulover Beach, en Miami, se diferencia de nuestra Chihuahua en que no solo concurren nudistas y curiosos, sino también gente que simplemente va a la playa y le importa un pito que haya tantas “partes pudendas” a la vista. No hay límite de edad ni de peso para estar allí. Además, como podrás apreciar en las fotos, no es una playita semidesierta sino que por momentos hay una multitud con más cuerpo para cubrir con protector solar de lo que pudiera soñar el fabricante de bronceador más desatinado. Como playa todos la elogian, pero en materia de arena y mar, nuestra humilde Chihuahua nada tiene que envidiarle.
Si tu idea era la de ver linda gente en cueros, no te vale la pena, abundan más los feos, pero sobra la naturalidad. En efecto, como bien lo hacía notar Anatole France en La Isla de los Pingüinos, andar vestido podría resultar más excitante en la medida que estuviera prohibido o mal visto. Así de rarito es el ser humano.
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