En total más de 70 ciudades de 20 países diferentes celebran este fin de semana una marcha ciclonudista. A Coruña, Barcelona, Córdoba, Madrid, Murcia, Santander, Valladolid, Valencia o Zaragoza son algunas de las urbes españolas que se darán cita el sábado 13 de junio para pedalear sin ropa.
Como nos cuenta Ramón Linaza, miembro de la organización Bicicrítica, "la idea de manifestarnos desnudos no es una reivindicación del nudismo, sino una metáfora con la cual queremos decir que los ciclistas nos sentimos desnudos frente al tráfico, porque nuestra carrocería es nuestro cuerpo, nuestra propia piel". La segunda razón de pedalear sin ropa es llamar la atención: "el hecho de manifestarnos desnudos tiene un gran atractivo mediático", asegura este fanático de la dos ruedas, que formó parte del pequeño grupo de 40-50 personas que se quitaron la ropa en la primera ciclonudista en Madrid en 2004. Hoy, asegura Linaza, "llegamos a juntarnos de 500 a 700 ciclistas".

Manifestación ciclonudista en Londres
Las primeras concentraciones nudistas que comenzaron a rodar sobre el asfalto se produjeron en los años 70 en Estados Unidos. Se trataba de pequeños grupos que aparecían en festivales y desfiles para llamar la atención. Un buen ejemplo fue el Desfile del Solsticio de verano en Fremont (Seattle). Después, este movimiento se fue uniendo poco a poco a las masas críticas que se celebraban con mayor frecuencia en diferentes ciudades de todo el mundo. No fue hasta 2004, cuando el activista Conrad Schmidt reafirmó este movimiento con la creación de ‘World Naked Bike Ride (WNBR)’. Al mismo tiempo, nacía la Manifestación Ciclonudista en Zaragoza.

Mujeres con sus cuerpos pintados en el ‘Fremont Solstice Parade’ de Seattle (EEUU)
Cuando preguntamos a Linaza si el asociar la imagen de la bicicleta a gente desnuda no es perjudicial para difundir la idea de que este es un vehículo para todo el mundo, él responde de forma categórica que no. "Puede haber gente a la que le dé pudor, sobre todo a la gente mayor, pero la acogida de esta marcha durante los últimos cinco años ha sido en general muy positiva, tanto por parte de los medios de comunicación, como por parte de la gente con la que nos cruzamos". Para este ciclista, que no se pierde ni una sola manifestación ciclonudista, estas concentraciones suponen "una experiencia lúdica pero sobre todo liberadora, en la que todos somos iguales".