Es que cuando Mario Visnjic retornó del agua tanto sus testículos como su miembro se encontraban contraídos por las bajas temperaturas del agua y al sentarse se metieron entre las maderas con facilidad.
El problema se suscitó cuando los órganos recuperaron su tamaño normal tras varios minutos de exposición al sol, ya que cuando el croata quiso levantarse no pudo hacerlo.
¿Cómo terminó la historia?
Muy fácil, el sujeto tomó su teléfono celular y llamó al servicio de mantenimiento de la playa para que lo auxiliaran. Así, uno de los empleados se aproximó al lugar y liberó a Mario después de cortar la silla por la mitad con una sierra.