«Es importante que tengamos los mismos derechos que los hombres. Cuando nos acusan de querer suscitar la atracción masculina al exhibir nuestros pechos contestamos que ellos deben ser capaces de no agredirnos visualmente cuando estamos en topless», comentó Ingrid Mendelsson, de 22 años.
Sin embargo, a pesar del logro, hay varias opiniones encontradas sobre este tema, incluso los propietarios de las piscina no están muy convencidos con esta postura, ya que aseguran ésta podría afectar el arribo de turistas extranjeros, que consideren el topless como una ofensa hacia sus creencias:
«Nuestro centro tiene socios de diversa procedencia y hay que respetar las creencias de todos. Estamos dispuestos a iniciar un debate, pero no queremos herir la sensibilidad de nadie. Además, queremos garantizar que nuestras clientes no sean víctimas de acoso».